Normalmente, cuando estudiamos la Historia de la humanidad, no somos conscientes del efecto que el paso del tiempo tiene sobre los eventos suscitados. Tendemos a estudiarlo todo como en una nenia; una sinfonía de hechos, situaciones y lugares sucedidos con orden de continuidad, pero sobre los que no somos conscientes de como el tiempo, realmente, les afecta. Pasamos de la caída del Imperio Romano a la Revolución Industrial en minutos, sin pararnos a pensar que más de un milenio separan ambos hechos. Y es que el paso del tiempo es infranqueable; pasa y no somos conscientes de ello. Como muestra de ello es el hecho del que vamos a hablar hoy, sucedido hace algo más de 40 años… y si miráis como era el mundo parece, casi, otro planeta. Hace algo más de 40 años que un vuelo español llegó por primera vez en la Historia a China. Hace algo más de 40 años que un hubo un OVNI con el Rey de España.
Y es que el mundo era un lugar totalmente diferente. Había dos bloques muy diferentes y enfrentados; un tercer grupo de países que luchaban por su supervivencia sin pertenecer a ningún bando y tambores de guerra acosaban, cíclicamente, con destruir la faz de la tierra en un instante. Y en esas que España, muerto el dictador, se avenía a un cambio estructural y de paradigma. Uno de estos pasos, acercarse a un gigante que, tras el maoísmo, estaba dispuesto a despertarse.